miércoles, 27 de agosto de 2014

Con lágrimas y esfuerzo: historias de la vida de James en Argentina

No tuvo una infancia sencilla
El nuevo número 10 'merengue' no tuvo una infancia sencilla. Su padre, Wilson, que fue futbolista profesional, los abandonó a su madre, Pilar, y a él cuando tenía 3 años. Fue su padrastro, Juan Carlos Restrepo, quien lo orientó y ayudó a crecer en el fútbol: en 2007, después de lograr el ascenso con Envigado y cuando ya hacía ruido en los seleccionados juveniles, editó un video de la vida deportiva de James para acaparar la atención extranjera.
Un DT colombiano advirtió al empresario argentino Silvio Sandri sobre las bondades de dos jugadores del club: Giovanni Moreno y Rodríguez, un "zurdito con mucha técnica". Chicho Serna ya le había puesto los ojos a 'Jamesito' y evaluaba ofrecerlo a Boca. Pero Sandri, que había trabajado con clubes cafeteros, se movió, viajó a Colombia y lo estudió en vivo.
"Me llamó la atención enseguida. Tenía una gran técnica, control de pelota y una pegada limpia. También había mucho por trabajarle en lo físico, porque era retacón, culón, chico de arriba, pero con un gran potencial", le cuenta Sandri a La Nación, a unos siete años de aquel momento crucial. Regresó a la Argentina con material de Rodríguez y a los pocos días visitó el predio del Taladro en Luis Guillón.
"Sandri me pidió una entrevista. Charlamos sobre la posibilidad de hacer un convenio de intercambio de jugadores con Envigado. Tenía un bolsito y cuando terminamos de hablar sobre ese tema me preguntó si tenía tiempo para ver a un jugador. Yo había dado la reunión por terminada, no era un día tranquilo, pero quise ser cordial. Sacó una notebook, puso un DVD y me mostró a un zurdo habilidoso, con una pegada fenomenal", rememora Clide Díaz, por entonces gerente de fútbol de Banfield.
Me llamó la atención cómo paró una pelota de pecho y de media vuelta dejó cara a cara con el arquero a un compañero. Me interesó, empezamos a hablar sobre las posibles condiciones. Le conté a Carlos [Portell, presidente en ese momento], le dije que había un colombiano de 16 años que la rompía y que había que traerlo. Carlos me decía si estaba loco, que nos iban a matar a todos por comprar a un chico tan joven. Pero, al tiempo, se sumó", dice.
El acuerdo con Banfield
¿Cómo fue el acuerdo? A préstamo por dos años sin cargo con opción por el 50% del pase a cambio de US$ 400.000. "La madre de James era una persona con carácter fuerte, algo autoritaria, que lo protegía mucho. La llamamos, vino al país, porque tenía la patria potestad, y firmamos todo.
Portell, que al principio dudaba, al tiempo viajó con la selección argentina para un amistoso en Los Ángeles y tomando un café con Juan Carlos Crespi, dirigente de Boca, éste le contó que tenía una calentura bárbara porque un colombiano que iba a fichar en Boca finalmente no lo había hecho. Era James. Carlos se hizo el bo... y me llamó a las dos de la mañana: ¿Lo hiciste firmar?, me preguntó", recuerda Díaz, con una sonrisa.
En enero de 2008, James, sin compañía, arribó al país. Sandri lo buscó en el aeropuerto y lo alojó en su casa durante más de un mes. Durmió en la cama de la hija chiquita del empresario, hasta que su padrastro pidió licencia no remunerada en el trabajo, llegó al país y se mudaron a un departamento en Monte Grande. Tenían un Peugeot 205 para moverse. Pero los primeros tiempos fueron muy duros.
"Fue un proceso difícil. Lloraba mucho, se la pasaba llamando por teléfono a Colombia, se quería volver. Le costó mucho la adaptación. No estaba a gusto. Además, en Colombia jugaba en la primera y acá en la reserva. Los ejercicios eran mucho más fuertes a los que estaba acostumbrado. «Esta corredera no la aguanto más», se quejaba. Y Raúl Wensel (por entonces DT de la reserva y coordinador de inferiores) no le daba concesiones. Casi siempre James era el primer cambio", confiesa Sandri.
"Era un rompe pelo... tremendo. Después de cada entrenamiento en la cuarta o la reserva, venía y me golpeaba la puerta de la oficina. Me quiero ir, vine para jugar en primera y no me ponen, me decía", añade Díaz. Algunos opinaban que James tenía un juego "lento" para el fútbol argentino. En los partidos lo golpean más que al resto. "Al ser tan técnico lo castigaban bastante, cobraba. Pero él se hacía valer", dice el defensor Favio Segovia, compañero de James en la reserva y actualmente en la primera del Taladro.

Se fue adaptando
Poco a poco, Rodríguez se fue adaptando, entrando en sintonía. Hizo un trabajo especial con preparadores físicos del club y privados. A mediados de 2008, Portell contrató a Jorge Burruchaga como DT y, en una reunión de tres horas, el campeón del mundo en México 86 escuchó por primera vez referencias de James. "¿Cómo están las inferiores?", preguntó Burru. "Hay un número 10 de 16 años que tiene un cañón en la zurda", le respondió Clide. "¿Vos querés que me rajen en dos meses?", rebatió el técnico.
En el Apertura 2008 Banfield fue 13° y en enero de 2009, en Mar del Plata, James participó por primera vez de una pretemporada con la primera. "Él siempre quería jugar. Y fue madurando. Se hizo ganar el respeto con la pelota bajo el pie", comenta Segovia. Claro, era delgado y muy joven, por eso "los más grandes" lo alejaban cuando James se posicionaba para pegarles a los tiros libres, una de sus grandes virtudes.
Aquel verano, James lucía una suerte de cresta en el pelo (quería imitar el aspecto de Cristiano Ronaldo), pero sus compañeros más veteranos raparon a todos los debutantes en la pretemporada, incluido a él, obvio. "Se puso mal, casi que a llorar; él cuidaba mucho su imagen", relatan por lo bajo.
El momento añorado
James se ganó un lugar entre los citados para el primer partido del Clausura 2009, contra Godoy Cruz, en Mendoza (7 de febrero). El encuentro en el Mundialista estaba 1-1, y Rodríguez, que había ido al banco de suplentes, ingresó a los 32 minutos del segundo tiempo por Bertolo. "Terminaba el partido y Jorge lo puso suelto. Después de un par de minutos, tomó la pelota, se balanceó, lo vio a Broggi y lo dejó mano a mano con el arquero Ibáñez, que le hizo penal. O sea, en uno de sus primeros toques, James ya hizo una genialidad", reconstruye Federico Sánchez Parodi, jefe de prensa de aquel equipo del Taladro, actualmente con la misma función en Independiente.
Luego, Lucchetti falló el penal, pero esa es otra historia. A las pocas fechas, en la 4» jornada, ante Central en el Sur bonaerense, James, con el número 13, sacudió el arco rosarino con un golazo, el primero en la máxima categoría, con un zurdazo desde afuera del área grande. Empezó a enamorar al público. Pero el equipo no convencía, Burruchaga se marchó a fines de marzo, llegó Julio César Falcioni y el futuro se llenó, nuevamente, de interrogantes, porque a Pelusa no le convencía el perfil de futbolistas como James, sin tanto "sacrificio para la marca".
Además, el preparador físico Gustavo Otero le exigía muchísimo. "Le vino bien la disciplina de Julio, porque era un volante al que le costaba bajar a recuperar y cuando le sumó sacrificio a su talento, hizo la diferencia. Seguía poniendo trompita de enojado y siempre le pedíamos un poco de paciencia", expresa Díaz, dirigente que estaba cerca de James.
Evidentemente se produjo un clic. Con escasa continuidad en el Clausura, James fue titular en la última fecha y arrancó en la formación inicial en el Apertura, torneo que finalmente conquistaría el Taladro. Con el número 8, participó del triunfo 2-0 ante River. Pero en la 2» fecha, frente a Argentinos, Banfield ganaba 1-0, Hauche empató a media hora del final y Rodríguez fue el primer reemplazo, por Roberto Battión.
"No se sentía cómodo en la posición de carrilero"
"Al principio no tenía la mejor relación con el técnico -reconoce Sandri-. Aquel día con Argentinos, Falcioni lo castigó en el vestuario. Delante de sus compañeros le echó la culpa del gol, pese a que la marca no era de él. James, llorando, me dijo que se quería ir; no tenía ganas de practicar el lunes. Pero Falcioni le pidió disculpas, se había equivocado. No se sentía cómodo en la posición de carrilero, pero lo respetaba a Julio, que le hizo aprender mucho".
Battión llegó a Banfield desde Aris Salónica, de Grecia. Nunca había visto jugar a James. No sabía quién era. Lo impactó. Y en las concentraciones, se integró a la mesa del colombiano. "Me encontré con un chico tranquilo, respetuoso, que parecía introvertido, pero tenía un gran sentido del humor. En el vestuario escuchaba reggaetón, se ponía a bailar y tenía un ritmo impresionante. Nos quedábamos mirándolo, porque tenía una onda infernal, era habilidoso hasta para bailar. Por eso no me sorprendió el pasito que hizo ahora en el Mundial. También le gustaba ver fútbol; en el predio había un proyector y en la hora de las comidas ponían partidos de Europa, y a él le encantaba verlos, se volvía loco, les prestaba atención a las jugadas, festejaba los goles, aplaudía. Yo le pedía que me enseñara cómo le pegaba a la pelota, cómo acomodaba el pie y muchas veces nos quedábamos después de los entrenamientos. Ese grupo estaba integrado, mayormente, por jugadores con experiencia y él, pese a ser tan joven, se hizo querer mucho".
Se cuidaba su imagen al máximo
Al tiempo, James se mudó a un barrio privado en Canning y empezó a conducir un Chevrolet Vectra. Todos coinciden en que el zurdo cuidaba su imagen al máximo. "Las pibitas estaban enamoradas. Se sacaba fotos con todos, no tenía problemas. Siempre estaba con gel, acicalado, bien vestido", dice Díaz. "Era muy profesional. Y cuidaba su cuerpo, complementaba con ejercicios en el gimnasio. Siempre estaba impecable", agrega Battión.
Claro que se daba sus gustos gastronómicos: solía cruzarse a una parrillita frente al estadio Florencio Sola a comer sándwiches de vacío o chorizo. "Y le enloquecían los chinchulines", apunta Sandri. A James lo incomodaba enfrentar las cámaras. "Se trababa un poco al hablar, se ponía nervioso. Pero era inteligente y leía para tratar de superar ese obstáculo que hoy ya casi no lo tiene", completa Sandri. Era tan educado, describe Sánchez Parodi, que, ya encumbrado como figura del fútbol argentino, le costaba rechazar pedidos de reportajes:
"Eso generó que en una oportunidad se le juntaran cuatro notas en diferentes canales y horarios, abarcándole todo el día, teniendo que comer a las apuradas y sin descansar. No daban los tiempos. Fuimos más rápido que los bomberos". Falcioni, enterado de esa situación, le pidió más cuidado al mediocampista.
En 2010, tras el título alcanzando en la Bombonera, James siguió demostrando su talento a nivel local (le anotó un gol fabuloso a Lanús) e internacional, en la Copa Libertadores (Banfield quedó eliminado en los octavos de final ante Inter de Porto Alegre). Las versiones sobre el interés del mercado europeo empezaron a tomar fuerza. Hasta que se forjó lo inevitable. A mediados de año, Banfield estaba de pretemporada en Mar del Plata y se concretó un momento que se esperaba, pero no por ello dejó de ser mágico, trascendente.
Se le cumplió el sueño de jugar en Europa
"Los jugadores estaban en el ómnibus escolar para ir a entrenarse. Antes de arrancar, me llaman urgente de la conserjería, porque tenía un llamado. Era desde Buenos Aires, me avisaban que James se había vendido. Vuelvo al ómnibus, lo hago bajar a Julio, que se prendió un cigarrillo y me escuchó. Deciles vos, me pide. Subo, les pido silencio y digo: Tengo una linda y triste noticia a la vez. Un compañero se va a Europa. Acaba de ser transferido James.
Todos lo aplaudieron y le hicieron una manteada cariñosa. Él sabía que algo estaba pasando, porque Espanyol de Barcelona también lo quería, pero fue fuerte, emocionante, porque todos le teníamos cariño. Era la joya. Banfield le quedaba chico ya. Lo bajamos del micro, fui a una agencia de Aerolíneas Argentinas, lo llevamos en taxi al aeropuerto y se fue", detalla, sin dejar de emocionarse, Díaz.
Banfield, que ya había comprado el 50% del pase hacía tiempo, lo había vendido a Porto en 5.100.000 euros. ¿Cómo asumió, James, aquel gran salto? Cuentan, quienes lo vieron de cerca y lo abrazaron, que tenía lágrimas, pero ya no eran de angustia. Eran de felicidad, por cumplir su sueño de la niñez, de jugar en esas ligas europeas que sólo había visto por TV o en videojuegos.

lunes, 4 de agosto de 2014


Mapa Mental

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COLOMBIA….
EL EQUIPO REBELACION EN BRASIL 2014

La historia de 52 años de Colombia en la Copa Mundo Fifa quedó partida en dos: antes y después de Brasil-2014. Y es que con la actuación de los dirigidos por José Pékerman, el segundo argentino que lleva al conjunto patrio a un Mundial, quedaron registradas varias marcas que, ojalá, se superen desde Rusia-2018, un reto que nace desde hoy.
FUE CABEZA DE GRUPO Y PASÓ COMO INVICTO
Nunca un combinado patrio llegó como cabeza de grupo al Mundial. Además y contra los pronósticos, avanzó de primero en la ronda inicial ganando en forma consecutiva los tres partidos, para alcanzar un rendimiento del 100%.
CUARTOS DE FINAL, OTRO HECHO INÉDITO
Después de superar por 2-0 a Uruguay en octavos de final, el combinado patrio se instaló por primera vez en la tercera ronda, es decir, se metió al selecto grupo de los mejores ocho seleccionados del torneo. Atrás quedó la mejor figuración, que se había conseguido en el Mundial de Italia-90 con Pacho Maturana y otra brillante generación.
CON CUATRO TRIUNFOS JAMÁS CELEBRADOS
En los 13 partidos que Colombia había disputado en cuatro mundiales, solo sumaba tres victorias. En Brasil superó esta cifra al vencer, en forma consecutiva, a Grecia (3-0), Costa de Marfil (2-1), Japón (4-1) y Uruguay (2-0).
ÚNICA VICTORIA EN EL ESTADIO MARACANÁ
El triunfo en el mítico estadio Maracaná sobre Uruguay, por octavos de final, se convierte en una de las grandes hazañas del fútbol colombiano. Dejó atrás al campeón de América y bicampeón mundial y olímpicos. Se suma al inolvidable 5-0 ante Argentina, el 5 de septiembre de 1993 en el Monumental.
GOLEADOR Y CON MUY BUENA DEFENSA
Como lo reseña en sus estadísticas el comunicador Mauricio Correa, de la Federación Colombiana de Fútbol, el conjunto patrio fue el de mejor rendimiento de todos los clasificados a octavos de final, gracias a sus cuatro victoria y mejor diferencia de gol (11 a favor y 2 en contra). Superó por este ítem a las potencias Holanda, Argentina y Bélgica.
ROMPIÓ LA MALDICIÓN DE LOS 9
Antes de Brasil-2014 ningún delantero colombiano con la camiseta 9 había marcado gol en un mundial de mayores. El hechizo lo rompió Teófilo Gutiérrez frente a Grecia. Jaime Silva- 62, Tren Valencia -98 y Valenciano-94 no pudieron.
JAMES IGUALÓ AL REY PELÉ EN SU ESTRENO
Solo el rey Pelé, en Suecia-1958, había hecho seis goles como debutante en un mundial. Esta cifra la igualó el mediocampista colombiano James Rodríguez, que el próximo 12 de julio cumplirá 23 años de edad.

RODRÍGUEZ TIENE MÁS PARA OFRECER
Tener de manera provisional al goleador de la Copa Mundo es lujo para Colombia. El mediocampista James Rodríguez suma seis, cifra que supera a la que alcanzaron los máximos artilleros de Sudáfrica-2010 que hicieron 5: Müller, Villa, Sneijder y Forlán.
UNA DOCENA DE GOLES PARA FESTEJAR
Los 12 goles anotados por James (6), Jackson (2), Teo, Armero, Quintero y Cuadrado superan el rendimiento de los artilleros criollos en los pasados mundiales: Chile 1962 (5), Italia-90 (4), en Estados Unidos-94 (4) y Francia-98 (1).
PEKERMAN TAMBIÉN DEJÓ SU REGISTRO
El seleccionador Pékerman, que lleva 28 meses de gestión con Colombia dirigió 27 partidos: ganó 18, empató 6 y perdió 3. Un rendimiento del 74 por ciento.
FARYD QUEDÓ CON MARCA MUNDIAL
El arquero vallecaucano Faryd Camilo Mondragón, quien jugó los últimos minutos en el partido ante Japón, y único sobreviviente de Francia-98, quedó registrado en la Fifa como el futbolista de mayor edad en actuar en un Mundial, a los 43 años. Superó al camerunés y verdugo colombiano, Roger Milla.
JACKSON Y JAMES CON SUS DOBLETE HACEN HISTORIA
Los dos goles de Martínez ante Japón y los dos de Rodríguez ante Uruguay los ponen como los únicos colombianos en marcar doblete en la Copa Mundo.
PROTAGONISTAS
YEPES Y QUINTERO TAMBIÉN DEJARON SUS HUELLAS EN BRASIL
José Pékerman igualó, hasta octavos de final, al italiano Vittorio Pozzo al completar nueve fechas sin conocer la derrota en los mundiales de fútbol. El argentino lleva dos ediciones con Argentina y Colombia.
Con 102 partidos y a sus 38 años de edad, Mario Alberto Yepes se convirtió en el tercer colombiano en superar los 100 partidos con la Selección. Sumó 102. Pibe Valderrama (111) y Leonel Álvarez (101).
El paisa Juan Fernando Quintero, de 21 años, es desde ahora el segundo jugador más joven en hacer gol en un Mundial. La marca la tiene Léider Preciado, que lo hizo en Francia-98 (el único).
JAMES RODRIGUEZ
UN COLOMBIANO DESTACADO EN EL MUNDIAL

James Rodríguez fue el jugador, entre las grandes figuras del futbol del planeta, que más se valorizó en el Mundial de Brasil-2014, según un estudio que realizó la consultora brasileña Pluri en el que analiza 77 criterios de evaluación divididos en 18 ítems.
James además, fue el que más aumentó el valor de su pase, pues según la consultora costaba 37,1 millones de euros y ahora está en 53,6 millones. Antes de iniciar la Copa del Mundo, James estaba en el puesto 24 y ahora ocupa el sexto lugar. El colombiano se valorizó un 44 por ciento.
En contra parte, Lionel Messi y Cristiano Ronaldo perdieron valor en el mercado. El argentino cayó un 2 por ciento en su valor, mientras que el portugués el 7 por ciento.
Los puntos que estudia la consultora son: edad, fundamentos, calidad y el encanto de datos; capacidad para definir el juego, los aspectos tácticos; la fuerza; la disciplina y el espíritu de equipo; estado clínico; propiedad; posición en juego; nivel de campeonatos que actúa; la experiencia internacional; las convocatorias para la selección; logros; capacidad para comercialización retorno; potencial para la recuperación; capacidad de adaptación y la demanda del mercado actual.
James Rodríguez está en la mira de grandes equipos como Real Madrid, equipo

El excelente papel de James en el Mundial permitió que fuera fichado por uno de los equipos más poderosos del Mundo, El Real Madrid.  Suerte James…

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